Historias de tulipanes: El desenlace (xD)

Bueno, pues nada que decir, sólo que al final se quedará en 3 entradas en vez de 4... Y dentro de poco os escribiré algo más ameno y divertido... lo dejo en el aire pero seguro que os gustará ;) ... Vale no me puedo aguantar los próximos post's serán tipo elige tu propia historia (me captas?), en fin ya lo veréis amigos... ;)

Al grano, el final de ''Historias de tulipanes'' (vale ya sé que no es el último capítulo de Perdidos ni nada por el estilo jejejeje)


El agua del estanque estaba inmóvil, agazapada, espléndida. Quiero entrar en el estanque pensé. Pero las horas intempestivas no son comúnmente húmedas, es más, el sueño ha ganado la batalla. Mañana, como es –después de lo de antes, ya no se si decirlo– lógico, es otro día, pero las modernizadas prisas no nos hacen ver que ayer también fue otro “lógico” día. La tranquilidad, en mi caso, no es incompatible con la eternidad.
Creo yo, que hay que pensar un poco más en el pasado, para aprender en el futuro.
Mis tulipanes empezaban levemente a asomar de entre la tierra.
Me senté enfrente de mi jardín Zen miniatura, surcaba con el rastrillo la arena, era relajante. Debo reconocer que soy un fan de la cultura japonesa y todo ese rollo. Hacía un poquito de frío, le vendría bien a mis tulipanes, y a los de Tamara, que se los había dado a los pocos días de llegar.


Pero a los pocos días las malas noticias no tardaron en llegar.

Para que nos vamos a engañar, mis tulipanes pasaron a mejor vida.
No tengo noticia de los de Tamara. Suerte Tam ;)



Fin.

Historias de Tulipanes (2 de 4)

Ya se que va con retraso, pero no os podéis imaginar lo estresado que he estado estos días, lo siento de verdad pero en fin, que no me he olvidado y aquí va la segunda parte ;)


Veía desde mi ventana un bosque víctima de la tala. Era una mancha en el entorno, era un viaje a escala al futuro próximo. No me parecía correcto ni ético darle vida a algo como una simple semilla, hacerla crecer, con el fin de matarla para beneficiarse económicamente. Pero si nos deteníamos a pensar, como algún ávido lector habrá hecho ya, todo eso que he dicho, ¿no hace una fuerte alusión a la industria de la carne?. La ética, no escasea, simplemente es superada ,en la mayoría de las mentes humanas, por la mayor empresa del mundo: El Dinero.

Unos mirlos se posaban sobre los extremos de las ramas de los árboles sin follaje. Las ramas se tambaleaban a la lentitud del viento. Las aves eran libres, volaban, correteaban por la hierba, los campos de maíz se extendían al otro lado de la verja, era la denominada naturaleza controlada, seminaturaleza, o espacio rural.
Aún así, todo aquello era muy cautivador si pasábamos aquellos grandes detalles por alto.
Las copas de los eucaliptos más elevados se veían desde mi ya mítica ventana, éstos formaban la irregular faz de las montañas. Era algo digno de ver. Ya no había restos del diluvio de hace unas cuantas horas, la claridad empezaba a dejar de abundar. El tiempo parecía ralentizarse ante aquellos bosques inmóviles en apariencia, y aquellas nubes amenazantes, que no querían perder de vista a su presa, nosotros. Las hojas secas formaban una leve capa en la hierba que poco a poco se cubría de escarcha y formaba una polar helada. El tiempo cambiaba incesantemente, el termómetro desvariaba. Un torrente de recuerdos fugaces me inundaban la mente. Giré la cabeza. Allí estaban mis incondicionales, mis futuros tulipanes. Estaban allí, en mi mesilla, junto a mis libros, algunos rabillos verdes asomaban en mis futuros tulipanes, parecían tener ansia de conocer su simple, pero extravagante futuro.

Las chimeneas escupían humo, el frío era general. Tanta meditación y espiritualidad se vieron interrumpidas por una inesperada visita de algunos de mis familiares. Toda la atmósfera positiva se desvaneció, pero no me importó.


La televisión resplandecía, su sonido, a pesar de mis esfuerzos se colaba en mi mente con astucia, quería meditar, quería descansar, quería soñar. Pero un simple y –esforzándome– ininteligible sonido me lo impedía. Finalicé este debate mental dejando de lado mi virtud de cabezota. Caí en la simpleza. Desisto, ya seguiré. Mi familia televisiva miraba atónita a la resplandeciente caja.




El tiempo había cambiado, yo había viajado a la cercanía del ecuador, estaba en mi hogar. Hacía buen tiempo. No hacía frío. Sentía, por fin, las puntas de los dedos.



¿Por qué el mundo, no parece mundo sin la estupidez? Quizá porque el mundo, no la tierra, es estúpido. Íntegramente estúpido. Se cree que todos hemos tenido otras vidas, quizá por eso, nuestro subconsciente, da la orden, de no inmutarse ante la estupidez que corroe por completo a la humanidad. Por eso yo considero que no he tenido otras vidas, quizá en mi próxima persona, mi yo, sea distinto a partes iguales. Pero por ahora, en el presente que fue el pasado y será futuro, y serán presentes, sí me inmuto ante la crueldad teñida, esa a la que incluso algunos –con poco léxico por lo visto–, llaman cultura, tradición, diversión, grandeza, normal, común, e incluso arte, esa crueldad que muchos dicen hacer en nombre de la ciencia, sin permiso de ésta, también me inmuto ante vulgarmente conocida “pachorra” de: “siempre ha sido así”.
Si estás concentrado o concentrada en el texto, seguramente, habrás visto ya el sendero del texto marcado, pero con muchas salidas sin llegar, es decir, cabos sueltos. Pero a veces nuestra lógicamente lógica humana nos juega malas pasadas. En fin, vamos a dejar de adelantar acontecimientos, por la simple razón de que la lógica humana puede no tener razón, y como yo también soy humano…
Puedo tener razón en que te estoy formando un puzzle indescifrable en la cabeza, al que le faltan piezas.


El martes os traeré el desenlace final jejeje, se que es un poco serio el librito pero uno debe escribir tal y como se siente en cada momento y no siempre se está como en una horrible comedia romántica americana... ;)

Historias de tulipanes (1 de 4)

Buenos días lectores/as!! No os creáis que todo este tiempo no había escrito nada y que me había olvidado de vosotros, no!! Aquí os traigo un trabajito que he hecho yo, iba para libro, pero bueno, lo divido en cuatro post's y espero que os guste... Pondré un post cada jueves.

Primera parte (De cuatro).


Por afán de jardinero empedernido, y por muchas cosas más. Me contenté comprando unos simples bulbos de tulipán, estaba de viaje, por lo tanto estos aguardaban en el envase sin apenas imaginar lo que el porvenir les depararía, aunque supongo que no imaginarían nada, por la pura simpleza de que no tienen esa capacidad, pero como en este relato nos vamos a olvidar de la estrecha barrera que separa la ficción de la realidad, vamos a pasar ese detalle por alto, y vamos a continuar como si nada hubiese pasado, ni fuera a pasar. Había cinco bulbos, planeaba regalarle uno a mi amiga Tamara, y así compartir opiniones sobre el crecimiento de nuestros chiquitines.

Era invierno. Hacía frío. Por la ventana veía los árboles sin hojas, consecuencia de las heladas de otoño. Las nubes blancas cargadas de agua surcaban el cielo a gran velocidad. De fondo oía los chasquidos de la madera ardiendo de la estufa. El viento paró, la nubes se detuvieron, debía haber atasco en las autopistas del cielo. Éstas convivían con la inexistencia. Veía por mi ventana un perro de tamaño mediano, con el rabo entre las piernas, tiritando, empapado por la lluvia.“Pobre perro”, pensé. “Por mucho pelo que tenga, el frío se hace notar, y anda deambulando por ahí fuera como un gallo agonizando, lo voy a dejar pasar”, dije. El perro no era mío, pero mis principios me obligaban a darle cobijo, soy un fuerte defensor de los derechos de los animales.
Cuando abrí la puerta los grados bajo cero me dieron una fuerte bofetada simultánea en todo mi ahora endeble cuerpo. Hacía gestos para que pasara, “Pasa bonito, que hace frío”, dije. El perro se negaba a pasar, insistí, pero cuando llevaba ya cinco minutos intentando que el perro entrara. Llegó un anciano que decía ser su dueño, le ataqué con la mirada cuando levantó una vara y el perro ahora histérico se orinaba y se agachaba con el rabo entre las piernas. Sentí en mis adentros todo el dolor que tuvo que sentir ese pobre ser vivo para reaccionar de tan brutal forma ante un simple movimiento. En un principio me negué a entregar el pobre animalito, pero al final tuve que ceder impotente ante su opresivo ataque, ya que legalmente el perro era suyo y yo no tenía pruebas de ningún maltrato hacia el perro o hacia mi. Al fin y al cabo estaba en el campo, esto aquí era normal, cotidiano e incluso divertido. No logro entender la mente humana, y creo que nunca la entenderé.
Intentando olvidar, meditar, o dejar de reaccionar ante aquellos hechos fui a mi habitación, me acerqué a la ventana para contemplar la pura y cruel naturaleza, “Prefiero mi civilización y mi contaminación urbanita antes que esta pura verdad natural, pero a su vez desfasada y cruel”, pensé haciendo alusión al Ying-Yang, porque cierto es, que todo lo malo tiene algo bueno, y todo lo bueno, a su vez, tiene algo malo. Tenía encima de mi mesilla, mis futuros tulipanes, que ahora eran simples bulbos en un envase de plástico. Los cogí, sentía que en mis manos tenía la verdadera vida pacífica, esa que vive y deja vivir, afectando positivamente a su entorno, haciendo bello el paisaje, sin pensamientos negativos. Sentía esa energía neutral. Me sentía bien. Era natural. Era sublime. Le cogí bastante cariño a aquellos bulbos, que, hay que decirlo, eran seres vivos.

Apenas había nubes en el cielo, había despejado, los rayos tibios del sol entraban por mi ventana. Aún quedaban restos de la incesante lluvia de las anteriores horas. Los árboles sin follaje tenían en sus ramas las lágrimas del viento: La lluvia. Aquella imagen de postal me hizo sentir vivo. Era otra de esas experiencias paranormales en las que la energía positiva de la naturaleza penetra en nuestro cuerpo. Era bonito. Las hojas danzaban en la suave brisa que abarcaba los prados. Todo esto rozaba la perfección. Cada vez sentía que aquellos futuros tulipanes estaban más llenos de vida. Nunca había apreciado la vida que entraña una planta. Era cuanto menos, curioso. Tenía ya muchas ganas de plantar aquellos bulbos. Rozando la locura decidí descansar.

Insisto, es la primera parte, hay cuatro. =) Espero que os esté gustando =)

José Saramago, mi ídolo ha fallecido.


Hoy estoy de Luto, estoy triste, estoy apagado. Quería haberle conocido, pienso. Mi ídolo, ya no sólo literario, sino mi ídolo general, en lo más profundo de mi ser. Me estremece pensar que ningún otro libro saldrá de su mente, que tristeza. Hacía como ningún otro, Arte con las letras. También fue, es, y será una referencia ética y moral para mí. Defensor de los animales y amante de la Justicia y la Paz, libre en sus pensamientos. Ha muerto, me duele.
Es ley de Vida, lo sé, pero aún así me resulta espantoso pensar que, El Mago de Las Letras, que defendía sólo con palabras su forma de pensar, haya fallecido.

Aquí os dejo su web, ahora de Luto: www.josesaramago.org

Cuando...

''Cuando no se tiene qué decir, mejor es callar''
José Saramago

Sirius: Capítulo II

...Estaba yo en casa de Tam... charlando, Sirius inspeccionando mis zapatillas, mordiendo sus juguetes... todo era muy normal, pero todo estaba muy bien... Un coche gris se vislumbraba a través de la verja. ¿No es tu padre?... Ah! Sí, es él.
(Se baja del coche) -¿Se puede? Dijo. -Sí, claro, pasa. Dijo Tam.
Entonces todo fue muy rápido.
Mi padre giró la manibela de la puerta, puso un pie dentro, Sirius acudió corriendo, no le bastaba con mover el rabo, que el movimiento se continuaba por todo su trasero, enfebrecidamente loco, ladrando, estaba.. ¿feliz?, sí, supongo, pero algo enturbiaba esa felicidad... ¡¡Su torpeza!! Empieza a mearse a chorro limpio sobre la acera, la casa, mi padre, y ¡casi yo!.

-De la emoción... Dijo Jorge.
-Ah... Sí... Supongo... Dijo mi padre sacudiéndose las ''gotitas'' de los pantalones y sobretodo de los zapatos.

Yo sigo pensando que Sirius está tramando algo muy gordo... Un boicot a las multinacionales que fabrican zapatos, si es que en el fondo es un antisistema radical!!! Jejejeje...

Ya he vuelto... aunque...

Me he dado cuenta de que he cambiado mucho el tipo de entradas en el blog, asi que ahí va una entrada con el espíritu inicial del blog.

Estaba soñando... de fondo oía un ladrido constante... ese ladrido constante se acercaba, más... y más... y más... y... ¡¡¡Auuu!!!!. ¡¿Qué?!... Hacéis?... ¿aquí?... Mis dos perras (Mica y Luna) estaban saltando sobre mi cama, dándome lambetazos... ¡¡Abajo!!... (salieron corriendo aún felices). Salté de la cama, (para que nos vamos a engañar) estaba en calzoncillos, no me había puesto las zapatillas, fui al salón corriendo a ver qu pasaba, por qué habían dejado entrar a Lunita y a Mica a mi habitación mientras yo dormía, eso sonaba a cosas de mi padre para despertarme.
Mi sentido del tacto me dijo que algo no iba bien, sentía una fuerte humedad en la parte inferior de los pies... Vamos... ¡¡Que había pisao una meá de los perros!! Qué asco!! Miicaaaaaaaaaaa!!!!!! Luunaaaa!!! Grité como alma que lleva el diablo.
Aún medio adormecido me limpié con agua y jabón los pies... Me puse las zapatillas (sí, esas que parecen de pelo blanquito, nuevitas), evité pisar la meá, fui a la cocina y me puse mi café con leche... Mmmm... que sueño... Mientras el café se calentaba en el microondas, cogí un poco de pan para ponerselo en los comederos de pájaros que hay en mi jardín... Desmigajé el pan y... sentí que algo no marchaba bien... Mi sentido del olfato me indicaba un olor desquebrajante en la superficie térrea, justo debajo de mis pies... Vamos... ¡¡Que había pisado una cagá y de las blandicas (lo siento por los detalles). ¡¡¡¡Miiiiicaaaa!!!! ¡¡¡Luunaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!, ¡¡Noo!!... ¡Jopee!... Una masa apestosa se había impregnado en las zapatillas de pelo blanquitas y nuevecitas.


Creo que me levanté con mal pie